¿Quién es Javier de San Pedro?

Cómo el odio disipó mi confusión y me hizo encontrar mi propósito en la vida.

¿Qué pasa, Primera?

Aquí Javier.

¿Sabes por qué quiero ayudarte a emprender?

Porque desde pequeño siempre he odiado la obligatoriedad. Considero que el mundo es infinito, pero nuestro tiempo es finito y hay cosas que nos gustan y cosas que no, y a mi no me entra en la cabeza que tengas que hacer las cosas que no te gustan, de forma obligatoria, y en cambio, no puedas hacer las que sí te encantaría hacer.

Eso me ocurría en el colegio, a mí me encanta aprender, pero las cosas que me interesan, y la mayor parte de las cosas que me enseñaban para mi carecían de atractivo. Es una pena que con tantas cosas super interesantes que hay en el mundo, tengas que aprender, hasta un nivel bastante profundo, cosas sin utilidad y poco o ningún atractivo.

Por eso desde muy pequeño me dediqué a emprender proyectos, el primero que recuerdo fue con 9 años, pero el primer gran emprendimiento fue en el segundo año de universidad, mientras estudiaba dos carreras. Y fue un fracaso absoluto.

¿Sabes por qué principalmente?

Porque lo hacía por conveniencia, no porque realmente me gustase hacerlo. Y como no te guste hacer algo, lo tienes muy difícil.

Después de ese primer proyecto le sucedieron unos cuantos más, la mayoría fracasaron y los que funcionaban los acababa vendiendo o dejando morir por lo mismo, no me gustaban.

No había manera, no conseguía encontrar mi pasión, mi propósito en la vida, eso que tan encarecidamente te dicen que busques. Varios Coaches me decían: «Javier, algo te tiene que gustar.». Pero qué va… no encontraba absolutamente nada que me gustase.

No fue hasta unos cuantos años después cuando me di cuenta de tenía que cambiar la perspectiva, y dejé de pensar en lo que me gustaba y me centré en lo que odiaba.

Y, ¿sabes de lo que me di cuenta?

De que uno de mis temas más recurrentes en las conversaciones es que odiaba como el empleo actualmente era de tan mala calidad. Los trabajos tenían unas condiciones malísimas y unos sueldos ridículos. Recuerdo que con unas horas de trabajo (no una ni dos, obviamente) era capaz de conseguir lo que mucha gente no ganaba al mes y eso, en serio, me cabreaba mucho.

Y lo cierto es que de los trabajos que hacía por aquella época el de solucionar problemas a otras empresas era el que más disfrutaba.

Mi problema antes es que no me sentía útil, odiaba eso.

Por eso desde entonces me dedico, casi exclusivamente, a ayudar a otras empresas a solucionar sus problemas y a personas a emprender sus proyectos para así poder prescindir de un empleo que odian.

No soy un niñero, ni me voy a encargar de que cumplas las cosas que te digo. Tengo un lema que dice:

«Ya sabes, ahora haz.»

Yo voy a encargarme de eso, hacer que sepas; el hacer te toca a ti.

«El mejor momento de hacer algo era ayer, el segundo mejor momento es ahora.»